Susan Sontag

Viernes 10 mayo 2019

El Camp está de moda

Piensa en algo exagerado, piensa en algo extravagante, piensa en algo teatral. ¿Lo tienes? Si es así estás pensando en la estética “Camp”, el neologismo que está de moda actualmente y que marca una tendencia hacia el maximalismo.

¿Qué es el Camp? No es un concepto fácil de abordar a nivel teórico, quizás estéticamente se entienda mucho mejor. Tampoco es un término nuevo, sino una sucesión de ideas que lo dibujan. Su concepción proviene de un ensayo de la escritora Susan Sontag de 1964 titulado como ‘Notes on Camp’, una publicación que aborda esta expresión artística que se revela como una estética compleja que abarca múltiples disciplinas. El camp se define como un movimiento irónico, humorístico, artificioso, teatral, exagerado… que se posiciona entre el arte más elevado y la cultura popular. Entre lo divino y lo terrenal. Lo bello y lo feo que es exuberante, pero estilizado. En los escritos de Sontag se argumenta que el camp es “el amor por lo antinatural: el artificio y la exageración. El estilo a expensas del contenido”.

Camp va más allá de lo kitsch: sugiere combinar el arte y la cultura pop”

Por ejemplo, Sontag encontró este fenómeno estético, por ejemplo, en las películas de Busby Berkeley y en el actor Victor Mature, en el cine de Maw West y General de Gaulle, en Swan Lake, en los cómics de Flash Gordon, en las pinturas tenebristas de Caravaggio, en el estilo chinoiserie y en la totalidad del movimiento Art Nouveau. La escritora y ensayista desglosa en 58 puntos todas las posibles aceptaciones del término con claras alusiones al cine, a la literatura, la pintura o la arquitectura. Respecto al ámbito de la moda, Sontag también anota referencias explícitas: “Camp es una mujer andando con un vestido hecho con tres millones de plumas”.

Precisamente esta semana se inaugura en The Metropolitan Museum of Art la exposición que da forma a todo este fenómeno a través de más de 250 objetos que datan del siglo XVII hasta el presente. Una muestra que explora los orígenes de esta exuberante estética y cuenta con un apadrinamiento de lujo que abandera precisamente una de las firmas que más se alinea con este movimiento: Gucci con su director creativo Alessandro Michele, representan ahora mismo una nueva inspiración de lo Camp en pleno siglo XXI.

¿Dónde surge el Camp?

Susan Sontag sitúa sus orígenes en pleno siglo XVII en la corte francesa bajo el reinado de Luis XIV. El mismo Rey Sol construyó Versalles, una poderosa fortaleza y un deslumbrante escaparate para que la nobleza estuviera reunida para goce y disfrute del monarca. Fueron en las ostentosas salas de Versalles donde se elaboraron un protocolo y unas demandas de vestimenta para el rey y su corte que obligaron a despilfarrar grandes sumas de dinero para mantener las apariencias. Literalmente.

A la muerte de Luis XIV floreció el estilo rococó en moda, caracterizado por el exceso, los volúmenes, las siluetas arquitectónicas y mastodónticas que servían principalmente para el adorno, acompañado de accesorios, lazos, bordados, pelucas… que potenciaban esta artificiosidad. La opulencia tocó techo hacia 1770. Tras algunas incursiones anecdóticas en el siglo XIX, la palabra ganó popularidad a principios del siglo XX entre los homosexuales de la época, donde encontraban en lo Camp todo un lenguaje lleno de significados. Un accesorio en concreto, un tejido en un zapato, una ropa demasiado ajustada, un determinado color. Más tarde, Andy Warhol también se inspiró en el término para hacérselo propio dentro la cultura pop. Diseñadores como Elsa Schiaparelli, Jean-Paul Gaultier, John Galliano, Marc Jacobs, Erdem, Cristobal Balenciaga y Thom Browne entran dentro de lo Camp, así como la nueva generación como Molly Goddard, Richard Quinn, Matty Bovan o Palomo Spain, para citar algunos. En la exposición “Camp: Notes on Fashion” también se citan otros diseñadores emblemáticos y legendarios como Paul Poiret, Marc Jacobs y Karl Lagerfeld a través de varios vestidos y looks que conforman la exhibición.

Camp en la MET Gala

Como aperitivo a la exposición, el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York recibió a las celebridades y a los filántropos más estilosos del planeta en la fiesta que tradicionalmente organiza cada año Anna Wintour: el MET Gala que se celebra todos los primeros lunes de mayo en esta emblemática ubicación neoyorquina. Una fiesta solidaria que se equipara con los Oscar a nivel mediática. Así bajo una nube de flashes en la alfombra rosa y el hashtag #MetCamp en las redes sociales, los mediáticos invitados exhibieron sus extravagantes atuendos inspirados, como no podía ser de otra manera, en la temática de la exposición, Camp: Notes on Fashion. De hecho, fue el británico Andrew Bolton, conservador jefe del Instituto del Vestido, el responsable de escoger la temática.

Además de la famosa editora de la omnipresente Vogue USA, la fiesta contó como anfitriones con Alessandro Michele al frente de Gucci, la reina del pop Lady Gaga, el cantante Harry Styles y la tenista Serena Williams.

Entre este popular desfile de vanidades hubo aciertos y errores, la temática no es fácil precisamente. Muchos fueron los looks que nos sorprendieron y citaremos algunos que nos inspiraron como, por ejemplo, la performance que hizo Lady Gaga con su despampanante vestido fucsia de Brandon Maxwell que se fue quitando poco a poco, con otros dos cambios para quedarse al final con un conjunto de lencería, unas medias de red y unas botas con plataforma. O la luz que trajo Katy Perry vestida de candelabro, una obra de Moschino. De Gucci fueron muchas celebridades, aunque destacó Jared Leto quien posó con una réplica de su cabeza como ya hicieron los modelos de la firma italiana en su desfile otoño-invierno 2018. La top Cara Delevinge apareció con un sorprendente Dior alta costura multicolor de inspiración arco-iris. El actor Billy Porter, conocido por la serie Pose, regaló a los asistentes un momento de oro al presentarse como una auténtica divinidad egipcia. La actriz y cantante Zendaya se convirtió en una Cenicienta moderna por gracia de Tommy Hilfiger o la siempre arriesgada Janelle Monae se visitó de obra de arte gracias al diseñador Christian Siriano.

Muchas fueron las propuestas en una de las noches más inolvidables del año donde se dio rienda suelta a la creatividad. Efectivamente, tampoco faltaron las plumas. Desde Gratacós también nos hemos inspirado en los tejidos que nos sugieren esta estética Camp bajo el lema: Lo artificioso como tendencia.