Egiptología

Jueves 09 febrero 2023

Egipto está de moda y no solo en la pasarela

Egipto vuelve a estar en el punto de mira de la moda. La celebración de los 100 años del descubrimiento de la tumba de Tutankamón y la esperada apertura del Gran Museo Egipcio prevista en 2023, que esconde los mayores tesoros de los faraones frente a las pirámides de Guiza, lo han posicionado como una destinación deseada que seduce por su milenario legado patrimonial, sus últimas apuestas culturales y algunas propuestas de alojamiento de auténtico lujo que lo revalorizan dentro del mapa internacional.

El despertar de un icono

Los enigmas del Antiguo Egipto siguen fascinando a la población y su poder de atracción no podía pasar desapercibido en el mundo de la moda. Conectando con la actualidad, en noviembre de 2022 se cumplió el centenario del descubrimiento de la tumba del joven faraón en el Valle de los Reyes. Después de un sorprendente hallazgo de una tumba con los sellos intactos, Tutankamón despertaba de un letargo de más de 3.000 años y dejaba al descubierto, riquezas inimaginables que ayudaron a entender aún más la majestuosidad del reinado de los faraones.

Este descubrimiento en 1922 llegó en un momento histórico muy oportuno, después de la Primera Guerra Mundial en un momento de bonanza económica y se convirtió rápidamente en una auténtica sensación por varios motivos. Para empezar, se trataba de una momia real bien conservada, que por su tamaño era la de un niño que había ascendido al trono a muy temprana edad. Junto a la sepultura se encontraron tesoros inimaginables como el ataúd dorado y la célebre máscara funeraria de Tutankamón, que representa al antiguo Egipto como ningún otro símbolo en el imaginario popular. Un icono mundial ajeno al paso del tiempo.

La influencia en la moda de los años 20

Tutankamón marcó estilo dejando huella en la moda de los locos años 20. Uno de los tesoros que se encontró en la tumba fue la colección de ropa más completa y mejor conservada que ha sobrevivido del Antiguo Egipto. Incluía túnicas, faldas, gorros, guantes infantiles y sandalias en papel, junco y cuero. Como anécdota, estos dos últimos accesorios se hicieron réplicas contemporáneas en Estados Unidos que se vendieron en los grandes almacenes al cabo de pocas semanas de su reproducción. Los diseños de inspiración egipcia también causaron furor en la época, copiando siluetas ajustadas, vestidos rectos y estrechos o el drapeado tan característico que se ajustaba a la zona de la cadera y tenía una caída delantera. Antes del descubrimiento, el estilo egipcio era una tendencia intermitente, como otras que se rescataban de finales del siglo XIX como la inspiración oriental o la moda eduardiana durante la primera década del siglo XX. En ocasiones ya se habían utilizado prendas y accesorios con motivos afines como flores de loto, jeroglíficos o faraones en sus carruajes, pero no eran inspiraciones tan directas ni explícitas como las que surgieron de los diseños procedentes de la tumba de Tutankamón.

Otros de los aspectos que influyó en la moda de los años 20 fue la paleta cromática asociada a los tesoros del joven faraón. Las tonalidades rojas y marrones de los papiros y las momias, los azules lapislázuli en divinidades egipcias que contrastaban con el poderoso dorado como símbolo de la luz o el blanco de la indumentaria. También los tejidos: linos y algodones naturales de poca opacidad en siluetas con caída que contrastaban con los elementos ornamentales. De hecho, la industria de la joyería se rindió a los pies de Tutankamón reproduciendo múltiples brazaletes, anillos y collares trabajados en cristales y piedras semipreciosas. Tampoco faltaron elementos ornamentales que hacían referencia al Antiguo Egipto como pájaros, escarabajos o el disco solar que representaba a la divinidad Ra. Los motivos geométricos y la tendencia de llevar dos o más brazaletes en un mismo brazo también surgieron de ver expuestos los tesoros del niño faraón. Los pioneros en este tipo de diseños fueron Lacloche, Van Cleef & Arpels y Cartier.

El mundo occidental ya vivía una fascinación por Egipto mucho antes del descubrimiento de la tumba de Tutankamón: la ópera ‘Aida’ de Verdi, las joyas inspiradas en Cleopatra de Tiffany’s o los atuendos de la bailarina Mata Hari, que encontró su inspiración en un viaje que hizo al país de las pirámides, son dos buenos ejemplos de esta atracción.

Un nuevo resurgir

La fiebre por el Antiguo Egipto no ha cesado en la moda y su presencia ha sido intermitente a lo largo de los últimos 50 años. Por ejemplo, en la década de los 60, la Egiptomanía volvió a estar de moda con la interpretación de Elizabeth Taylor de la poderosa Cleopatra. Su belleza, maquillaje y vestuario fueron (y son aún) inspiración para muchos diseñadores y editoriales de moda. O en los 70, una nueva exposición itinerante de los tesoros de Tutankamón recibió ocho millones de espectadores interesados de nuevo en los enigmas de Egipto. También se explotaron varios objetos de marketing en Estados Unidos: joyas, productos del hogar o pequeños accesorios de moda.

El Antiguo Egipto en la pasarela

La histórica civilización también ha fascinado a los diseñadores de las firmas de lujo que han encontrado en su iconografía, una constante fuente de inspiración. Desde John Galliano en 1997 con una mezcla de Egipto con la estética punk hasta la elegancia de Karl Lagerfeld para Chanel en 2019, las pasarelas han celebrado homenaje al esplendor del Antiguo Egipto con modelos que rescatan la belleza de la figura de la mujer y la fastuosidad del imperio de los faraones. Tejidos dorados, piedras preciosas incrustadas, vestidos vaporosos, muselinas, túnicas, capas etéreas, jeroglíficos bordados… cada firma ha interpretado a lo largo de los últimos años este sugestivo universo.

De entre todos los homenajes que se han hecho destaca el que hizo John Galliano cuando estaba al frente de la dirección artística de Dior. Se presentaba la colección de Alta Costura para la primavera de 2004 en un espectáculo tan grandilocuente como pocos se recuerdan. En la pasarela no faltaron los dioses más simbólicos del panteón egipcio, la máscara de Tutankamón, la silueta de la esfinge, tejidos que se envuelven al cuerpo como una momia y modelos inspirados en la propia Cleopatra. En esta colección insólita no faltaron los volúmenes desmedidos, los vestidos de proporciones exageradas, las faldas con silueta pirámide, el color dorado, infinitas organzas y una atención al detalle extrema que le hacía ganar el título de Alta Costura. También hizo su propia interpretación de este fascinante universo Alexander McQueen en 2007 que se centró más en investigar la relación de la religión del Antiguo Egipto con la cultura folk de los inmigrantes británicos. De una manera más moderada también se han inspirado los diseñadores Bagley Mischka y Zuhair Murad. También Givenchy en 2016, Balmain y Chanel. Karl Lagerfeld eligió el templo de Dendur como escenario para confeccionar su propia versión de Egipto en la colección prefall de 2019.

La última propuesta que se ha exhibido con claras referencias a la cultura egipcia ha sido hace apenas un mes. Kim Jones, director artístico de Dior Men, se desplazó in situ a las pirámides de Guiza para presentar la colección de otoño evocando los colores de los monumentos y con la vista puesta en el cielo para vincularlo con las estrellas, un símbolo habitual en la histórica firma francesa. Una esplendorosa propuesta que representa el pasado, el presente y el futuro de Dior.