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Jueves 17 mayo 2018

El escultor del cuerpo femenino

Londres revive la esencia de Azzedine Alaïa a través de una exposición en el Museo del Diseño que rinde homenaje a la trayectoria de este maestro de la costura a través de sus vestidos más icónicos y representativos. El diseñador tunecino falleció el pasado noviembre a los 77 años dejando en herencia un largo legado que condicionó la confección de prendas. Conocido como el escultor del cuerpo femenino, Alaïa fue pionero en experimentar con arriesgados patrones y aplicar innovadores materiales a sus creaciones. ‘Azzedine Alaïa: The Couturier’ fue concebida meses antes del fallecimiento del artista junto a Mark Wilson, colaborador y comisario de la muestra en la que trabajaron juntos. Finalmente la exposición se abrió al público el 10 de mayo y se podrá visitar en la capital británica hasta el próximo mes de octubre.

El escultor de prendas

Azzedine Alaïa era un modisto de origen tunecino que en los años 50 se asentó en París –donde conoció a André Malraux y Joan Miró- para empezar una de las carreras más prosperas y consolidadas en el mundo de la moda. En su primera etapa, el diseñador empezó a trabajar en Christian Dior, bajo la dirección creativa de Yves Saint Laurent y siguió formándose en firmas como Guy Laroche o Thierry Mugler hasta abrir su firma homónima durante la década de los 80. Hijo de agricultores de origen español, el artista solía vestir de negro y realizó toda su producción textil en su pequeño atelier – y hogar a la vez- en el barrio parisino de Le Marais. Fue en el taller donde empezó a experimentar con las técnicas que usaban los modistos de la época para perfeccionarlas y ampliar así, sus posibilidades. Le ayudó en parte sus estudios sobre escultura y bellas artes que le aportaron una visión más amplia en la confección de vestidos que entendían las formas y necesidades del cuerpo femenino. De hecho, uno de los hitos de la firma fue marcar la sensualidad de la mujer a través de arriesgadas prendas como vestidos ajustados con cinturas marcadas, faldas que jugaban con volantes, el uso de pieles, látex y mallas metálicas con efecto red como tejidos principales. Alaïa también fue el primero en rechazar el calendario de la moda tradicional, mostrando sus colecciones cuando creía que estaban listas. Él mismo elaboraba todas sus prendas a mano, cortando los patrones con minuciosidad. Célebre fue su obsesión por la perfección y la dedicación total a su oficio de modisto.

Desde los inicios de la firma, el diseñador tunecino elaboró exclusivos vestidos para la alta sociedad parisina y en poco tiempo su nombre se popularizó por todo el mundo. Grace Jones o Greta Garbo fueron algunas de las personalidades más afines al diseñador en la década de los 80 y 90, y la modelo Naomi Campbell se convirtió en la musa de la firma. El nuevo Milenio trajo consigo el nacimiento de una nueva generación donde Alaïa se posicionó como uno de los diseñadores de referencia para Kim Kardashian, Rihanna o Lady Gaga.

Una muestra multidisciplinar

Las más de 60 prendas que se reúnen en la capital británica están agrupadas según la idea conceptual que las domina, sin seguir un orden cronológico, y contienen ejemplos de sus más famosas colecciones, como “Explorando el volumen”, “Fragilidad y fuerza”, “Formas recogidas” o “Siluetas negras” -que reúne vestidos que datan del 1982 hasta 2003-.

Azzedine Alaïa: The Couturier’ cuenta también con las fotografías de Richard Wentworth realizadas durante los últimos meses del costurero y una serie de vídeos alrededor del franco-tunecino, entre los que destaca un cortometraje dirigido por Ellen von Unwerth, fotógrafa, donde retrata momentos íntimos del artista a principios de los noventa.